Simon Cordes, originario de un pequeño pueblo alemán, descubrió su pasión por la gastronomía durante un viaje a España. Un simple pincho despertó en Simon un anhelo culinario que nunca más lo abandonaría. Se fogueó en cocinas prestigiosas en el corazón de Nueva York y en los comedores de JP Morgan. Tras esa etapa, decidió seguir su intuición y crear una experiencia gastronómica única.