Me invitaron a escribir un artículo sobre el amor... Sin embargo, mi corazón está triste, así que mejor hablaré sobre moda.
Los armarios, al igual que las identidades, se construyen con el tiempo. Se llenan de recursos que uno va adquiriendo de maneras tan diversas como inesperadas. Esto, junto a la interpretación de quien los porta, da origen a una identidad indumentaria única e irrepetible (si uno es lo suficientemente creativo y si su experiencia de vida es lo bastante interesante). Esa es mi teoría.
“Año tras año, al cerezo lo nutren sus flores caídas”, dice el haiku de Matsuo Basho, poeta japonés de principios del periodo Edo. Han pasado 400 años y su mensaje continúa siendo preciso y vigente, ya que el ciclo de vida del cerezo sirve como una preciosa analogía sobre la vida.