Asistir a Los Cabos Fashion Week siempre es una experiencia emocionante, pero esta edición fue especialmente memorable para mí por una razón muy particular: mis zapatos Loewe. 

Nunca imaginé que un par de zapatos pudieran convertirse en tema de conversación, fotografías, halagos y hasta preguntas de dónde los conseguí… pero eso fue exactamente lo que pasó.

Desde el momento en que llegué, sentí las miradas bajar instintivamente hacia mis pies. ¿La razón? Llevaba puestos unos zapatos-escultura de Loewe cubiertos de globos color piel perfectamente torcidos, agrupados con una estética que parecía entre surrealista, floral y totalmente lúdica. 

No eran simplemente unos zapatos, eran una declaración. El diseño es tan único que cuesta describirlo con palabras. Cada globo —sí, globos reales— estaba cuidadosamente colocado, creando un efecto tridimensional que hacía que mis pies parecieran flotar sobre una nube de arte pop. Eran exagerados, teatrales, completamente fuera de lo común… y absolutamente perfectos para el contexto: un evento donde la creatividad y la moda se fusionan sin miedo.

Lo que más me sorprendió fue la reacción. Me detuvieron en varias ocasiones para tomarles fotos, me preguntaron si eran cómodos (spoiler: lo son más de lo que parecen) y muchas personas pensaron que eran parte de una instalación artística. En cada conversación, la palabra “Loewe” se repetía con asombro. Fue un momento divertido y poderoso: entendí que la moda no solo viste, también comunica, provoca y conecta.

Esa noche confirmé que la audacia vale la pena. Elegí unos zapatos que no eran convencionales, que salían del molde, y el resultado fue mágico. Me sentí segura, original, y sobre todo fiel a mi estilo. Porque en un mundo donde muchas se esfuerzan por encajar, yo prefiero destacar.

Y sí… mis zapatos Loewe definitivamente lo lograron.