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Apollo VIII. Feliz navidad a todos en la buena Tierra

En diciembre de 1968, NASA lanzó la misión Apollo VIII. Tres astronautas se convirtieron en los primeros seres humanos en viajar y orbitar la Luna. Esta misión fue un paso clave para cumplir la meta de John F. Kennedy: llevar humanos a la Luna y traerlos de regreso sanos y salvos.

En diciembre de 1968, NASA lanzó la misión Apollo VIII. Tres astronautas se convirtieron en los primeros seres humanos en viajar y orbitar la Luna. Esta misión fue un paso clave para cumplir la meta de John F. Kennedy: llevar humanos a la Luna y traerlos de regreso sanos. El tiempo se acababa, y la década finalizaba.

La opinión pública comenzó a cuestionar el programa espacial. Mientras tanto, la Unión Soviética avanzaba con fuerza en la conquista de nuestra Luna. Sin embargo, la tripulación de Apollo 8 y el personal en tierra lograron una hazaña histórica: combinando ciencia y fe, mostraron que la humanidad puede alcanzar grandes logros, a pesar de su capacidad de autodestrucción.

La tripulación e insignia de Apollo VIII

“No lo haremos por ser fácil, sino por ser difícil…”

El programa Apollo continuó el legado de Mercury y Gemini. Este fue el tercer programa de NASA. Su objetivo era cumplir la promesa de Kennedy y llevar humanos a la Luna, marcando un hito en la Carrera Espacial. Los soviéticos dominaron inicialmente esta carrera. En octubre de 1957, Sputnik 1 se convirtió en el primer artefacto humano en orbitar la Tierra.

Los Estados Unidos, aún no lograban elevar un artefacto más allá de 20 metros. En 1961, el proyecto Mercury permitió que el chimpancé Ham realizara un vuelo suborbital. Mientras tanto, la Vostok 1, con el Mayor Yuri Gagarin a bordo, completaba el primer vuelo orbital tripulado de la historia.

La presión en NASA era intensa. Para el gobierno de Kennedy, igualar los avances soviéticos era esencial. Después de la Segunda Guerra Mundial, la superioridad científica y tecnológica se volvió un asunto crucial para la seguridad nacional. Los soviéticos parecían tener una ventaja tecnológica abrumadora.

Finalmente, el proyecto Mercury alcanzó logros significativos. Alan Shepard se convirtió en el primer estadounidense en un vuelo suborbital en mayo de 1961. John Glenn logró el esperado vuelo orbital en febrero de 1962. Mercury dio paso a Gemini, un programa crucial de transición. Aunque no fue muy popular, Gemini logró avances importantes, como la primera caminata espacial de un estadounidense, realizada por Edward White. También realizó el primer acoplamiento entre naves en órbita, un hito para la astronáutica.

En 1961, la ingeniería aeroespacial estadounidense estaba rezagada respecto a la soviética. Kennedy lanzó su famoso discurso prometiendo que Estados Unidos llevaría a un ser humano a la Luna. Afirmó: “No porque sea fácil, sino porque es difícil”. Y efectivamente, lo fue.

El programa Apollo comenzó en 1960 y sus primeras operaciones se realizaron en 1966. Esto ocurrió dos años después del asesinato de Kennedy en 1964. Para 1967, el tiempo se había vuelto un adversario. Apollo representaba el pináculo del avance científico. Nunca antes se había creado un vehículo como el módulo de mando y el módulo lunar.

El cohete Saturno V, el artefacto más grande y poderoso de la humanidad, fue esencial. Sin embargo, la tragedia llegó el 27 de enero de 1967. Apollo I perdió a su primera tripulación: Gus Grissom, Edward White y Roger Chafee. Un incendio en el módulo de mando en la plataforma de lanzamiento desnudó graves errores de diseño. Esto amenazó la promesa de Kennedy.

La segunda mitad de la década de 1960 fue convulsa en Estados Unidos y el mundo. En Houston y Florida, el personal de NASA trabajaba arduamente para lograr el mayor hito de la historia. Mientras tanto, el país enfrentaba la sangrienta Guerra de Vietnam y protestas por los Derechos Civiles. La polarización social recordó los tiempos de la Guerra Civil.

Annus Horribilis

El año 1968 es considerado por muchos un ANNUS HORRIBILIS. Fue un año complicado, marcado por las tensiones de la Guerra Fría. En Indochina, la Guerra de Vietnam intensificó los conflictos globales. En China, se vivía el apogeo de la opresiva Revolución Cultural de Mao. Mientras tanto, el Imperio Británico se fragmentaba en diversas república y ETA realizaba su primer atentado en España.

Este fue también el año de las revueltas estudiantiles en París, de la Primavera de Praga y de tensiones nucleares entre potencias. En América Latina, una erupción del Volcán Arenal en Costa Rica dejó 87 muertos. En México, el movimiento estudiantil culminó con la matanza de Tlatelolco, a solo diez días de los Juegos Olímpicos de México. Durante esos eventos, los atletas afroamericanos Tommy Smith y John Carlos levantaron el puño en protesta por la injusticia racial. En otros países de América Latina, las revueltas también fueron reprimidas ferozmente. Golpes de estado y la inestabilidad política se hicieron comunes.

En Estados Unidos, la moral nacional estaba por los suelos. La pérdida del submarino U.S.S. Scorpion, con 99 hombres a bordo, impactó negativamente la opinión pública. El hundimiento generó teorías conspirativas, incluyendo la idea de que una nave soviética había causado el desastre. Además, la feroz ofensiva del Tet mostró a las tropas estadounidenses asediadas por un ataque norvietnamita. La transmisión en vivo de marines cayendo en combate traumatizó a la sociedad y avivó el rechazo a la guerra.

Trágicamente, el 4 de abril de 1968, asesinaron al Dr. Martin Luther King. Su muerte desencadenó violentas revueltas en varias ciudades. Robert F. Kennedy, que había prometido llevar a la gente a la Luna, se postuló para las elecciones presidenciales. Durante un emotivo discurso, abogó por la reconciliación racial. Trágicamente, él también sería asesinado un mes después.

En paralelo, la Unión Soviética intensificaba su programa espacial. Lanzó la sonda Zond 5, que completó la ruta Tierra-Luna. Esto acercó peligrosamente a los soviéticos a cumplir el objetivo de alunizar primero. A pesar de la creciente tensión, NASA hacía avances importantes. Tras la tragedia de Apollo I, la misión Apollo VII se convirtió en el primer vuelo tripulado del programa. Ejecutó maniobras orbitales exitosas y preparó el terreno para el siguiente gran paso: llevar una misión tripulada a la órbita lunar y regresar.

A pesar de estos progresos, muchos estadounidenses seguían escépticos. Muchos consideraban la exploración espacial un derroche de recursos. En este contexto, se dio el mayor hito en la exploración humana hasta ese momento.

Apollo VIII, la misión

Apollo VIII fue la segunda misión tripulada del programa. Despegó del Centro Espacial Kennedy en Florida a las 12:51 del 21 de diciembre de 1968. La tripulación estuvo compuesta por el Comandante Frank Borman, el Piloto del Módulo de Comando James Lovell y el Piloto del Módulo Lunar William Anders. Los tres astronautas, de 35 a 40 años, llevaban una gran responsabilidad histórica.

Esta misión marcó hitos significativos. Fue la primera que utilizó el nuevo Kennedy Space Center, diseñado exclusivamente como puerto espacial. También fue la primera misión tripulada en salir de la órbita terrestre y orbitar la Luna. Por primera vez, los humanos se alejaron verdaderamente de nuestro hogar cósmico, observando la Tierra desde otro cuerpo celestial. Además, fueron los primeros en ver el misterioso Lado Oscuro de la Luna.

Sin embargo, la presión era inmensa. Un fracaso podría llevar al oprobio absoluto y a la culpa por la pérdida de vidas. Borman, Lovell y Anders enfrentaron el viaje más largo y peligroso de la historia. Experimentaron el vacío del espacio y la vulnerabilidad de su nave, un prodigio tecnológico que se sentía frágil en medio de la hostilidad cósmica.

La misión, originalmente planeada como Apollo IX, fue adelantada. El nuevo plan implicaba permitir que Apollo VIII realizara una trayectoria lunar en diciembre de 1968. Esto hizo que la misión fuera muy ambiciosa y arriesgada, exigiendo una disciplina y un ritmo de trabajo intensos.

El viaje constaba de cuatro fases. La primera era el Lanzamiento, donde la nave despegaba y alcanzaba la órbita terrestre. Luego, comenzaba la fase de Inyección Translunar, tomando rumbo hacia la Luna. Después, Apollo VIII debía orbitar la Luna, fotografiar la superficie y probar las comunicaciones. Finalmente, iniciaba la inyección transterrestre, utilizando la inercia acumulada para regresar a la Tierra.

NASA había calculado que podría ahorrar combustible al usar la fuerza de la órbita. La sonda soviética Zond 5 lo había confirmado. Tras su lanzamiento, Apollo VIII tardó tres días en llegar a la Luna. Aunque parecía poco, esos tres días estaban llenos de tensión y riesgo.

Desde que la nave dejó la órbita terrestre, la misión ya estaba en un punto crítico. Los astronautas debían confirmar los efectos de la radiación solar, pues cruzaban los cinturones de Van Allen. Cada astronauta llevaba un medidor de radiación en su traje. Esto enviaba datos al centro de comando en Houston.

El plan de vuelo se retrasó aproximadamente una hora y media. Una nube de escombros dificultó la navegación a cargo de Jim Lovell. Aunque la nave contaba con piloto automático, él debía estar preparado para manejar situaciones de emergencia. Para mantener el control, la tripulación activó el Control Térmico Pasivo. Este mecanismo hacía rotar la nave para evitar el calentamiento extremo o el enfriamiento excesivo.

El giro de la nave no era perfecto, así que debían ajustar el curso. Debían prender los motores cada media hora para mantener la trayectoria. Con dos quemas de 2.4 segundos, la trayectoria de Apollo VIII se corrigió con éxito.

Tras 11 horas de vuelo, la tripulación llevaba 16 horas despierta y comenzaba a sentir la fatiga. Un miembro siempre debía estar despierto. El primer turno de descanso lo tomó Frank Borman. Sin embargo, el ruido de la comunicación y la ansiedad le impidieron conciliar el sueño. Aunque había tomado una pastilla para dormir, tras una hora, pidió una segunda pastilla.

Borman logró dormir, pero la doble dosis le produjo malestar. Despertó con vómito y diarrea, lo que ensució la cabina de la nave. Aunque no quería avisar a Houston, sus compañeros lo convencieron de hacerlo. Al final, los médicos determinaron que su salud no estaba en riesgo. Lo más probable es que Borman sufriera Síndrome de Adaptación Espacial.

Este fue el único inconveniente durante el trayecto, ya que la fase de crucero fue relativamente tranquila. Tras 55 horas y 40 minutos de vuelo, el 24 de diciembre de 1968, Apollo VIII alcanzó otro hito. Borman, Lovell y Anders se convirtieron en los primeros humanos en entrar en la esfera de influencia gravitacional de la Luna.

A las 16:00 del 24 de diciembre, Apollo VIII se preparaba para la fase más crítica: insertarse en la órbita lunar. A las 20:00, tras 69 horas de vuelo, Apollo VIII se convirtió en la primera nave tripulada de la humanidad en orbitar la Luna.

En el principio…

La fase más crítica del vuelo era alcanzar la órbita lunar con precisión. Para esto, Apollo VIII debía realizar un quemado. Debía encender los motores durante 4 minutos y 13 segundos en la dirección correcta. Borman, Lovell y Anders describieron esos minutos como los más largos y estresantes de sus vidas. Si la ignición no duraba lo suficiente, la nave podría seguir una órbita elíptica, dificultando el regreso a la Tierra. También podría ser lanzada fuera de la órbita, perdiéndose en el vasto vacío del espacio. Si excedían la fuerza de propulsión, la nave podría colisionar con la superficie lunar.

La maniobra requería precisión absoluta. Durante el trayecto por el Lado Oscuro de la Luna, estarían incomunicados con la Tierra. Esto mantenía a la tripulación y al personal en la Tierra en máxima tensión. Después de una ejecución perfecta, Apollo VIII pudo observar la superficie lunar en todo su esplendor.

Apollo VIII orbitó la Luna durante 20 horas. Al emerger, la primera señal de regreso verificó el estado de la nave. Jim Lovell describió y fotografió la zona conocida como Mare Tranquilitatis, donde Apollo XI alunizaría en julio de 1969.

Al completar la cuarta órbita, ocurrió un suceso significativo. Así como Rodrigo de Triana fue el primero en gritar “Tierra a la vista” en 1492, Borman se convirtió en el primer ser humano en ver la Tierra desde la Luna. Emocionado, llamó a sus compañeros mientras tomaba una foto en blanco y negro.

William Anders, al darse cuenta de que la película en blanco y negro se había agotado, colocó un rollo a color. Logró capturar una de las imágenes más hermosas y famosas: “The Earthrise”. Esta fotografía fue elegida por la revista Life como una de las más importantes del siglo XX.

La salida de la Tierra no es normalmente visible desde la superficie lunar. Solo puede verse desde ciertas órbitas y lugares específicos. Lo que Anders documentó fotográficamente fue una hermosa coincidencia. Esto ayudó a relajar a la tripulación. Según Arthur C. Clarke, la tripulación consideró bromear sobre haber visto un monolito negro en la Luna, pero finalmente decidieron no hacerlo.

En esos momentos, Borman, Lovell y Anders se sintieron menos tensos. Después de más de 70 horas de vuelo, pudieron descansar un poco. Habían enfrentado momentos críticos sin margen de error, especialmente al atravesar el Lado Oscuro de la Luna. En medio de esa oscuridad, los astronautas, a pesar de su entrenamiento, se sintieron vulnerables.

En esos momentos, se refugiaron en la fe. No se confortaron en Newton, Kepler o Galileo, sino que rezaron a Dios. Eran estadounidenses cristianos, pero si hubieran sido de otra religión, se habrían refugiado en sus creencias respectivas. La fe brinda tranquilidad ante retos inmensos.

Al completar la novena órbita, esta muestra de fe resultó en un momento emotivo. Al emerger nuevamente del lado oscuro, Frank Borman comunicó a Houston que iniciarían la segunda transmisión en vivo de la misión. Durante la transmisión, presentó a su tripulación, quienes compartieron sus observaciones sobre la Luna.

Luego, anunciaron que tenían un mensaje para la humanidad. Repartidos, leyeron pasajes del libro del Génesis, que relata la Creación. Borman terminó deseando feliz Navidad a todos. Dijo “Y desde la tripulación de Apollo VIII, cerramos con un buenas noches, buena suerte, feliz Navidad, y que Dios los bendiga a todos ustedes- todos ustedes en la buena Tierra”.

Tras 89 horas, 28 minutos y 39 segundos de vuelo, Apollo VIII emprendió el regreso. El viaje de regreso fue más relajado. El centro de comando tenía una sorpresa navideña para los astronautas. Encontraron raciones de pavo relleno y botellas de brandy, marcando así la primera cena navideña en el espacio.

Por superstición, Borman ordenó abrir las botellas de brandy al aterrizar. También encontraron regalos de Navidad de sus familias. A las 124 horas de vuelo, acercándose a la Tierra, se realizó la última transmisión. Mostró la mejor imagen en video del planeta Tierra por 4 minutos, junto a un tour por la nave.

Apollo VIII reentró y acuatizó en el Océano Índico a las 15:51:42, hora central de los Estados Unidos, el 27 de diciembre de 1968. 45 minutos después, el portaaviones U.S.S. Yorktown recogió la nave y la tripulación, sanos y salvos. Así culminó, tras 6 días, 3 horas y 42 segundos , la misión más audaz y arriesgada de la historia de la humanidad. Solo sería opacada en julio de 1969, cuando Neil Armstrong se convirtió en el primer ser humano en pisar la Luna.

La revista Life (referencia fundamental para Amarena) nombró a los tres astronautas de Apollo VIII como las Personalidades del Año 1968. La fotografía “Earthrise”, capturada por Will Anders, fue una de las imágenes más icónicas del siglo. Publicada en la edición del 10 de enero de 1969, la foto resumía el tumultuoso año anterior. En sus palabras, “Tomada en Nochebuena de 1968, esta fotografía inspiró la reflexión sobre nuestra frágil existencia en el cosmos”.

La hazaña de Frank Borman, Jim Lovell y William Anders confirmó que, a pesar de la tensión global en 1968, la humanidad podía lograr grandes retos. Demostraron que si se lo proponía, podía alcanzar las estrellas y explorar nuevos horizontes.

Por ello, la historia de Apollo VIII y su tripulación se convierte en una de las más bellas historias de Navidad que existen.


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