Juicio una zorra. Una dura reflexión a través de Helena

La impactante obra-monólogo “Juicio a una zorra”, en la que Helena de Esparta es interrogada sobre su vida y decisiones. Juzgada por elegir amar a Paris, su historia revela las complejidades del honor y el deseo en un contexto inspirado en la epopeya clásica de Homero.

Este sábado fue de teatro. Asistí a la obra-monólogo “Juicio a una zorra”, que retrata la audiencia pública a Helena de Esparta, en la que es cuestionada sobre toda su existencia. Una mujer que fue juzgada, vejada y menospreciada por la ÚNICA decisión que pudo tomar en la vida: entregarle su amor a Paris, príncipe de los troyanos.

La audiencia es dirigida, paradójicamente, por su padre, el hombre que la concibió fruto de una pasión extramarital indecorosa, quien, en un acto que se podría clasificar de zoofilia (ja), convertido en cisne, preña a Leda de dos huevos (ja-ja) de donde nacerían Helena y otros hermanos.

Aunque Helena no decidió nacer ni ser concebida, fue bendecida con una belleza superlativa: la más bella entre todas las mujeres, narrarían las epopeyas. Su belleza —otra cosa que no pudo decidir— fue, sin embargo, también su maldición.

Raptada, desposada y violada desde los 9 años, Helena recibiría más tarde una bendición de parte de Afrodita: la de sentir un amor profundo y verdadero por Paris, príncipe de Troya, quien estaba genuinamente enamorado de ella.

Lo agridulce de este hecho es que, en realidad, este amor era una recompensa prometida por Afrodita a Paris por beneficiarla en un concurso de belleza. El sentimiento, entonces, aunque quizá no fue espontáneo para Helena, sí lo fue genuino, y para ambos significó lo mismo: bendición y maldición.

En este monólogo, Helena narra la suma de acontecimientos que la llevaron a su cruel final: no el de la muerte (ojalá), sino el de la eternidad anhelando a su amado, quien murió en sus brazos, ya no enamorado, sino arrepentido, herido en la guerra que desató su amor hacia Helena y que devino en la caída de la gran Troya, expirando su último aliento con desdén y dudando de si tanta pasión habría valido la pena.

Helena de Esparta

“Su último aliento fue también el mío”, recita Helena, sin embargo, enamorada.

Curiosas son las razones en las que se enreda el honor. Para los espartanos, la lucha contra Troya significaba la recuperación del “honor” (whatever that means). A Helena, su reina, querían recuperarla, no para rescatarla (no fue un rapto, fue una fuga; ni estaba en peligro ni deseaba regresar a Esparta), sino para recuperar el “honor”. Solo castigándola en su propia ciudad y bajo sus propios métodos, volverían a ser hombres.

No era el rescate de Helena lo que importaba, sino el de su ego: no hay honor en ello. “Le llamaban honor y era codicia”, manifiesta Helena, bien decidida al ser cuestionada.

En el exilio, Helena, condenada y a la vez, enamorada por convicción, se rinde al sentimiento de amor:“Hazme, si quieres, padre, polvo en el camino: seré polvo enamorado. Apiádate de mí y haz de mí, aunque sea un grillo: cantaría mi amor por París hasta el último suspiro”.

Esta antigua tragedia retrata un dilema aún tan vigente en nuestros días: como en la conquista de la mujer más bella del mundo, por los más poderosos hombres y valientes guerreros, no entra ni el amor romántico de los galanes ni el corazón de ella en la ecuación. Es la conquista de ellos por su propio ego, el deseo de ganar y poseer a esta mujer como ‘trofeo’, por encima de cualquier uso de razón.

¿Y Helena? ¿Dónde queda Helena? ¿Es para ella el amor ambrosía o maldición? Ya lo dijo el rapsoda contemporáneo Alejandro Sanz: “Ojalá pudiera mandar en el alma”.

Este fin de semana se celebrarán las últimas funciones, luego de poco más de un mes de temporada. La actuación de Claudia Marín es épica y, bajo la dirección de Rennier Piñero, la puesta es extraordinaria. Una excelente opción para el fin de semana del amor, el desamor y el amor propio.

Un drama con Helena como estelar.

Escrita por Miguel del Arco y dirigida por Rennier Piñero. Con la actuación de Claudia Marín como Helena de Esparta/Troya

📍 Auditorio del Centro Cultural Plaza Fátima
📅 Últimas funciones: 14, 15 y 16 febrero.
🎟️ Arema.mx


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