
Acuerdos de Abraham. Rediseñando Medio Oriente
Negociados con la mediación de Estados Unidos, estos pactos diplomáticos están reescribiendo el panorama geopolítico de Medio Oriente en su objetivo de conseguir la normalización de relaciones entre el Estado de Israel y varios de sus países árabes vecinos. Esto busca romper con décadas de hostilidad en la región.
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Nombrados en alusión a la figura de Abraham, patriarca común para las tradiciones judía (Isaac) y árabe (Ismael), la esencia de estos acuerdos se basa en la normalización de relaciones diplomáticas entre el Estado de Israel y las naciones árabes.
Los Acuerdos de Abraham implican el intercambio de embajadores y una colaboración activa en diversos sectores clave como la economía, la tecnología y la seguridad. Es un cambio profundo que busca transformar la interacción y el desarrollo de una región que ha sido convulsa desde la caída del Imperio Otomano tras la Primera Guerra Mundial y la nefasta administración británica y francesa durante sus mandatos en la región.
El cambio de enfoque es el punto más decisivo. Mientras que acuerdos de paz previos ponían la cuestión palestina como condición sine qua non para cualquier acercamiento con Israel, los Acuerdos de Abraham desvinculan este requisito. Los países árabes firmantes han priorizado sus propios intereses nacionales, incluyendo la cooperación económica, la seguridad regional y, en particular, la estrategia de contención frente al régimen teocrático de Irán, sobre la resolución inmediata del conflicto palestino.
Reconfigurando la región
Egipto fue el primer país árabe en firmar la paz con Israel en 1979 (Acuerdos de Camp David), seguido por el Reino de Jordania en 1994 (Tratado de Wadi Araba). Construyendo sobre estos precedentes, varios países se han sumado a esta nueva era de diplomacia a través de los Acuerdos de Abraham: Emiratos Árabes Unidos (EAU) fue el primero en firmar un acuerdo de normalización con Israel en agosto de 2020. Baréin diguió los pasos de EAU y también normalizó sus relaciones con Israel en septiembre de 2020. Marruecos en diciembre de 2020.
Perspectiva hacia el futuro de Medio Oriente
Los Acuerdos de Abraham buscan reconfigurar la dinámica regional, forjando nuevas alianzas y colaboraciones que antes parecían impensables. Esto ha abierto un vasto potencial para la cooperación económica, tecnológica y de seguridad, especialmente entre Israel y los países del Golfo Pérsico y la península arábiga. El objetivo más ambicioso es lograr que el Estado de Israel firme la paz con la principal potencia árabe, el Reino de Arabia Saudita.
Con estos acuerdos, se vislumbran oportunidades significativas en inversión y turismo, particularmente en sectores de alta tecnología e infraestructura. Sin embargo, estos acuerdos no han estado exentos de desafíos y críticas. Generan profundas divisiones, especialmente por la oposición de la República Islámica de Irán, que, a través de grupos terroristas subsidiarios como Hezbolá (en Líbano), Hamás (en la Franja de Gaza), los Hutíes (en Yemen), los Hermanos Musulmanes y la Yihad Islámica, busca desestabilizar la región y a sus vecinos suníes.
Especialistas consideran que la masacre del 7 de octubre de 2023, perpetrada por Hamás contra asistentes al festival Nova y civiles israelíes en diversos kibutz aledaños a la franja, tuvo como objetivo entorpecer los Acuerdos de Abraham. Esta acción buscaba provocar una respuesta bélica de Israel, generando así tensiones con la comunidad internacional. A pesar de casi dos años de conflicto en Gaza, Israel ha logrado la práctica aniquilación de Hamás y la inoperatividad de Hezbolá. La reciente demostración de fuerza con Irán ha reestimulado a los países vecinos para retomar negociaciones. Un nuevo desarrollo importante es la disposición de Siria, uno de los enemigos más acerrimos de Israel, tras la caída de Bashar Al-Assad y la llegada del ex yihadista Ahmed Al-Sharaa al poder en Damasco, pero hoy dispuesto a entablar conversaciones y negociaciones con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, lo que podría llevar a la cesión definitiva a Israel de los Altos del Golán y sumar a Siria a los acuerdos.
Los Acuerdos de Abraham marcan un hito en la historia de Medio Oriente. Representan un cambio significativo en la dinámica regional, abriendo nuevas posibilidades de cooperación y desarrollo, pero también generando un debate importante sobre el futuro del tema palestino y la estabilidad a largo plazo de la región. La cuestión es, ¿estos acuerdos allanarán el camino para una paz más amplia y duradera en Medio Oriente?