Diana Vreeland, la que estableció el canon del estilo

La labor de Diana Vreeland en las dos revistas más influyentes del sector, Harper’s Bazaar y Vogue, donde ocupó el cargo de editora en jefe, estableció importantes pautas en la comunicación en torno a la moda. Las nuevas generaciones deben comprender que, antes de la señora Wintour, existió la señora Vreeland.

Diana Vreeland, nacida en el número 5 de la Avenida du Bois-de-Boulogne de París, ahora conocida como Avenida Foch, tras la Primera Guerra Mundial. Era la hija mayor de Emily Key Hoffman, una socialité estadounidense, y Frederick Young Dalziel, un corredor de bolsa británico.  Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, la familia se trasladó a los Estados Unidos, estableciéndose en el Upper East Side de Manhattan, donde rápidamente se integraron en la élite social de Nueva York. Desde joven, Diana mostró un interés profundo por las artes. En 1924, contrajo matrimonio con Thomas Reed Vreeland, un banquero y financiero internacional, con quien tuvo dos hijos: Tim y Frecky.

Después de su luna de miel, se mudó a Londres, donde se unió a las Tiller Girls y creó un negocio de lencería que atraía a clientas de renombre. Su pasión por la moda la llevó a adquirir prendas de Chanel y atender a la realeza británica.

Diana Vreeland

Carrera editorial

En 1936, Diana comenzó su carrera editorial en Harper’s Bazaar. La editora Carmel Snow quedó impresionada por su visión, lo que la llevó a crear la famosa columna “¿Por qué no lo haces…?”. Su influencia se extendió a lo largo de las décadas, impulsando una visión moderna del estilo con frases memorables, como “el bikini es la cosa más importante desde la bomba atómica”. En 1962, tras una serie de diferendos con su anterior casa editorial, se unió a Vogue como editora en jefe, un cargo que ocupó hasta 1971, período en el que celebró la individualidad y la autoexpresión en la moda.

Legado

Al cerrar su carrera editorial, Diana Vreeland  fue consultora del Instituto de Vestuario del Met. En 1984 publicó su autobiografía, ofreciendo una visión íntima de su vida y filosofía. 

Diana Vreeland falleció en Nueva York el 22 de agosto de 1989, pero su influencia ha sido inmensa, manifestándose en documentales como Diana Vreeland: The Eye Has to Travel y en diversas adaptaciones cinematográficas. Su nombre se asocia con la libertad de expresión a través de la moda, convirtiéndose en un símbolo de la individualidad femenina en el siglo XX.

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