
Filippo Sorcinelli. La historia del sastre pontificio
La moda y la Santa Sede mantienen una relación milenaria, llena de historias fascinantes. Una de ellas es la del diseñador y perfumista italiano Filippo Sorcinelli, quien se encargó de diseñar y confeccionar las vestimentas rituales y de uso diario para los dos últimos papas: Benedicto XVI y Francisco.
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Libertad, devoción y alta costura
En un contexto de sede vacante, en plenas exequias del Papa Francisco y en los albores del cónclave, los temas relacionados con la Iglesia Católica dominan la conversación, ya seas creyente o no, y la moda, evidentemente, no puede quedarse atrás. Hoy toca hablar de Filippo Sorcinelli.
La moda y la Santa Sede tienen una relación milenaria, repleta de historias. Una de esas historias, es la del diseñador y perfumista italiano Filippo Sorcinelli, el sastre encargado de diseñar y confeccionar las vestimentas rituales y de uso diario para los dos últimos papas: Benedicto XVI y Francisco.
Nacido en 1974 y admirador desde niño de la belleza y estética eclesiástica, Filippo Sorcinelli fundó Atelier LAVS, especializado en ornamentos sacros. Su primer encargo papal llegó en 2008, bajo el pontificado de Benedicto XVI, marcando el inicio de una relación con la Santa Sede en la que ha confeccionado más de 50 prendas.
La paradoja que no es
Uno de los aspectos más interesantes de la vida del sastre pontificio es que es un hombre abiertamente homosexual, tatuado y alejado de cualquier represión o juicio. Esto podría considerarse una paradoja, ya que es cierto que dentro de la religión—no solo en la cristiandad católica, sino en todas las confesiones y sistemas de creencias—hay personas que muestran una lamentable hostilidad hacia la diversidad sexual. Sin embargo, esto no forma parte de la doctrina católica, como erróneamente se piensa, ni ha afectado la relación de los papas con personas de otras orientaciones sexuales.
Es bien conocida la amistad y admiración que pontífices como Alejandro VI o Julio II sentían por los grandes maestros del arte como Leonardo, Miguel Ángel y otros, muchos de ellos abiertamente homosexuales, en la época del Renacimiento. Muchas de las esculturas, pinturas, la arquitectura misma de las basílicas y capillas y hasta las prendas rituales de los pontífices y prelados, fueron obra de hombres con otra orientación sexual.
Filippo Sorcinelli es un ejemplo viviente de un hombre que forma parte de la diversidad: liberal y libre, y a su vez católico devoto y practicante. En este mundo, salvo algunas excepciones, la coexistencia no solo es posible, si no que es el ideal máximo.