Fuego en Yom Kipur. La guerra que provocó una paz inesperada

En octubre de 1973, en el día más sagrado para el judaísmo, Egipto y Siria lanzaron un feroz ataque sorpresa contra un Israel que rezaba, ayunaba y, sobre todo, dormía en sus laureles, envanecido por sus victorias previas. El resultado de este conflicto marcó el camino para que Egipto se convirtiera en el primer país árabe en firmar la paz y reconocer el derecho a la existencia del Estado de Israel.

La Guerra de Yom Kipur fue una continuación del prolongado conflicto árabe-israelí, que se remonta a la creación del Estado de Israel en 1948. Las tensiones se habían intensificado tras la Guerra de los Seis Días en 1967, en la que Israel capturó la península del Sinaí de Egipto y los Altos del Golán de Siria. A pesar de que el gobierno israelí votó a favor de devolver estos territorios a cambio de acuerdos de paz, la oferta no fue comunicada eficazmente a los estados árabes. En respuesta, la Cumbre Árabe de Jartum, Sudán, emitió los “tres no”: no a la paz, no al reconocimiento y no a la negociación con Israel.

Guerra de Yom Kipur
En camino al frente. Brigada blindada israelí en su camino a los Altos del Golán, entre los límites de Israel y Siria. FOTO. David Rubinger/GETTY IMAGES  

En los años siguientes, Israel fortificó sus posiciones con la Línea Bar Lev en el canal de Suez y fortaleció su poderío militar considerablemente. En octubre de 1973, el Estado de Israel tenía como jefe de estado al presidente Ephraim Katzir y como jefa de gobierno a la primer ministro Golda Meir.

Mientras tanto, el presidente egipcio Anwar el-Sadat, quien sucedió a Gamal Abdel Nasser en 1970, buscaba recuperar el Sinaí, reabrir el canal de Suez y restaurar el honor egipcio tras la humillación de 1967. Por su parte, el líder sirio Hafez al-Asad tenía la ambición de reconquistar los Altos del Golán por medios militares, con el objetivo de convertir a Siria en la potencia militar dominante del mundo árabe. 


Espiritualidad en el frente del Sinaí. Soldado israelí, con su talit, sostiene las cuatro especies de plantas (tallo de hoja de palma, cítrico, mirto y ramas de sauce)
mientras reza durante la festividad judía de Sucot, durante la Guerra Árabe-Israelí de 1973. FOTO. GETTY IMAGES  

Fronteras tras la guerra de 1967.  
Así estaba configurado el mapa de la región en vísperas de la festividad judía de Yom Kipur de 1973, con la península del Sinaí, la Franja de Gaza, Cisjordania y los Altos del Golán
ocupados y controlados por Israel tras derrotar a sus enemigos árabes en un 6 días de junio de 1967.

El Ataque

La guerra comenzó el 6 de octubre de 1973, coincidiendo con Yom Kipur, el día más sagrado del judaísmo, y el mes del Ramadán, el más sagrado para el islam. La coalición árabe lanzó un ataque sorpresa coordinado. Las fuerzas egipcias cruzaron con éxito el canal de Suez y avanzaron casi sin oposición por la península del Sinaí. Simultáneamente, Siria lanzó una ofensiva en los Altos del Golán, amenazando las posiciones israelíes.  Israel, tomado por sorpresa y con muchas de sus unidades de licencia por el día festivo, tardó tres días en movilizar a la mayoría de sus fuerzas. Una vez movilizadas, Tzahal, acrónimo en hebreo para las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), lograron detener la ofensiva egipcia, llegando a un punto muerto. En el norte, los israelíes hicieron retroceder a los sirios en solo tres días. 

Iniciativa.  Soldados egipcios colocando su bandera en Suez. FOTO. GETTY IMAGES 

Ferocidad hebrea

Tras estabilizar los frentes, Israel lanzó una contraofensiva. En el norte, las FDI avanzaron hacia Siria, y en una semana, su artillería bombardeó las inmediaciones de Damasco y consolidó su control de los Altos del Golán. En el sur, el presidente Sadat ordenó reanudar la ofensiva en el Sinaí, pero el ataque fue repelido. Bajo el mando del general Ariel Sharon, las fuerzas israelíes contraatacaron de forma contundente. Tzahal cruzó el canal de Suez y ya, en territorio egipcio, avanzaron hacia el sur y el oeste. Esta maniobra culminó con el cerco del Tercer Ejército egipcio y de Suez. Como era normal en medio de la Guerra Fría. el conflicto atrajo la intervención de las superpotencias.  Estados Unidos (pro Israel) y la Unión Soviética (pro árabe) abastecieron a sus respectivos aliados, lo que generó tensiones. 


Vestigios del combate. Tanque israelí en los Altos del Golán, Siria. En la Guerra de Yom Kipur los blindados tuvieron el papel más decisivo. FOTO. HENRY BUREAU/GETTY IMAGES  
En alerta. 
Soldado israelí en las inmediaciones de Ismailia, Suez.
FOTO. GETTY IMAGES  
Amenizando el frente. 
Leonard Cohen dando un arenoso recital a soldados de las FDI en el Sinaí. FOTO. GETTY IMAGES  
Luchando en el cielo.
Aviones de combate egipcios Sukhoi Su-7
atacando sobre la línea Bar Lev.
FOTO. GETTY IMAGES  
Aluf y Rosh HaMemshalá.
El General Sharon y la primer ministro Meir
en el frente del Sinaí.
FOTO. GETTY IMAGES  
Nitzahhon. 
Soldados israelíes victoriosos ondean su bandera nacional desde su vehículo blindado durante su avance hacia Siria. FOTO. GETTY IMAGES  
Reuniones de nivel. 
Golda Meir y Henry Kissinger.
FOTO. GETTY IMAGES
Fuego y acero.
Artillería israelí en la frontera siria.
FOTO. GETTY IMAGES  
En alerta. 
El presidente de Egipto, Anwar el-Sadat,
en su cuarto de guerra.
FOTO. GETTY IMAGES  

Resguardando el cielo de la más santa de las ciudades. Cazas Mirage de la Fuerza Aérea de Israel volando sobre el Monte del Templo, en Jerusalén. FOTO. GETTY IMAGES  

Una paz que parecía imposible

El 25 de octubre de 1973, Naciones Unidas impuso un alto el fuego de manera cooperativa, poniendo fin a la guerra. La Guerra de Yom Kipur desencadenó consecuencias de alto impacto. Para el mundo árabe, los éxitos iniciales representaron una poderosa reivindicación psicológica tras la humillante derrota de 1967. En Israel, por otro lado, la guerra hizo evidente que su dominio militar sobre los estados vecinos no estaba garantizado, a pesar de sus victorias tácticas en el campo de batalla.

Este cambio fundamental en la percepción de ambas partes allanó el camino para el proceso de paz. Dicho proceso culminó en los Acuerdos de Camp David de 1978, firmados por el presidente egipcio Anwar el-Sadat y el primer ministro israelí Menachem Begin, con la mediación del presidente estadounidense Jimmy Carter

El tratado no sólo estipuló la devolución de la península del Sinaí a Egipto y la normalización de las relaciones, sino que también marcó el primer reconocimiento oficial del Estado de Israel por parte de una nación árabe.

Como consecuencia geopolítica, Egipto abandonó por completo la esfera de influencia de la Unión Soviética. Sin embargo, en dichos acuerdos, Egipto tomó una peculiar decisión de gran trascendencia: renunciar a su reclamo de soberanía sobre un territorio de gran valor estratégico pero que, con el tiempo, se volvió muy conflictivo. Ese territorio es la Franja de Gaza. Las repercusiones de este acto perduran hasta nuestros días, pero esa es una historia para otra entrega.

Una imagen impensable. 
Anwar el-Sadat, presidente de Egipto, James Carter, presidente de Estados Unidos y Menachem Begin, primer ministro de Israel, durante la firma de los Acuerdos de Camp David de 1978.
FOTO. GETTY IMAGES  
Cuando llegue la paz, quizá con el tiempo podamos perdonar a los árabes por matar a nuestros hijos, pero nos será más difícil perdonarlos por habernos obligado a matar a los suyos. La paz llegará cuando los árabes amen a sus hijos más de lo que nos odian.
Golda Meir, Primera Ministro del Estado de Israel 1969-1974

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